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LA TARDE
Cerca de las 14:30 hs. Ya estábamos nuevamente
en el río, esta vez con la intención de pescar pacúes
al golpe, con señuelos y bolitas de masa. Navega-
mos hacia el riacho Santa Isabel, un lugar tradi-
cional y reconocido por la presencia de pacúes en
donde iniciamos la deriva de la lancha con el motor
eléctrico, lanzando hacia la costa. La gran presen-
cia de Ingas y Sangre de Dragón, y demás especies
arbóreas que sirven de alimento a los pacúes y a
los salmónes, indudablemente lo convierten en
un arroyo de gran potencial para esta pesca. To-
dos elegimos las bolitas de masa saborizadas para
hacer los intentos. Para esta práctica debemos
lanzar la bolita de masa hacia la zona de la costa
con vegetación, dejarla hundirse unos segundos
y, luego, recoger lentamente para repetir el lance.
Es una pesca sumamente entretenida, porque la
clave radica en la precisión con la que arrojemos
las bolitas de masa. No debemos recuperarla tan
rápidamente porque se termina soltando del an-
zuelo o rompiendo. Es una pesca muy sutil, en la
que el pescador no debe dejar ningún momento
de prestar atención, ya que a veces los piques son
imperceptibles. Entre lance y lance tuvimos un par
de piques que lamentablemente no pudimos con-

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