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Quedamos realmente asombrados por los nutridos
                                                             cardúmenes de estos seres, y muchos mueren de-
                                                             jando las playas con manchas rojas muy llamativas.
                                                             Consultamos a varios científicos amigos y nos dijeron
                                                             que este fenómeno no es una rareza, y se estima que
                                                             se produce cuando hay superpoblación de estos crus-
                                                             táceos. Lo cierto es que significan un alimento muy
                                                             nutritivo para los róbalos, que aprovechan para devo-
                                                             rarlos en cantidades industriales. Y esta es la sencilla
                                                             razón por la que, en esa época y con ese fenómeno,
                                                             funcione muy bien cualquier mosca color rojo o ana-
                                                             ranjado.
                                                             Evidentemente, son muchos los predadores que
                                                             aprovechan el arribo masivo de la langostilla para
                                                             darse un festín, inclusive las gaviotas y otras aves
                                                             marinas que vimos devorándolas. Cuando el viento
                                                             lo permite y los cardúmenes de esos crustáceos se
                                                             acercan a la superficie, se ve a los róbalos “lomear” co-
                                                             miéndolos, momento exacto para la mosca con línea
                                                             de flote. También hicieron su aparición los pejerreyes
                                                             que tomaron muy bien los streamers rojos.
                                                             También pudimos pescar embarcados, lo que es un
                                                             lujo  paisajístico.  Moviéndonos  en  la  embarcación
                                                             aprovechamos  los  flujos  de  marea  entre  las  islas  y
                                                             bancos, donde se forman verdaderos “ríos” en su-
                                                             biente y bajante que permiten pescar los róbalos que
            ne una vasta experiencia en la modalidad gracias a   ingresan o salen buscando su comida. Tampoco fal-
            sus años de trabajo como guía profesional en el lago   taron los lobos marinos y las toninas que regalan un
            Strobel. Él nos indicó qué equipos y moscas debíamos   espectáculo majestuoso.
            llevar por Whatsapp, de manera tal que nos encon-  En spinning funcionaron bien las cucharas ondulan-
            tramos directamente en la costa del mar, en la zona   tes plateadas con formatos tradicionales tipo Toby
            del puerto.                                      o Coster. También los señuelos con paleta corta de
            Debido a los fuertes vientos reinantes, muy comu-  media agua pero, obviamente, de color rojo, naran-
            nes en la zona, usamos equipos #7 y #8, pero en días   ja o rosa. Los equipos no deben ser nada fuera de lo
            calmos se pueden usar inferiores, Rubén optó por un   convencional: caña de 1,80 a 2 m y reel cargado con
            equipo Switch. Comenzamos con líneas de flote, pero   monofilamento 0,30 mm.
            como el mar estaba muy movido, pronto pasamos a
            intermedias o de hundimiento lento. El leader corto
            de 1,5 a 2 m de tippet 0X, y cualquier mosca de color
            rojo o anaranjado.
            Nuestra visita fue a fines de marzo, y pudimos pre-
            senciar un fenómeno que los locales dicen que es nor-
            mal en esa época del año: el arribo de los que allí lla-
            man “piojos de mar”, una verdadera invasión de esos
            crustáceos. Ese nombre que le dan los sanjulianenses
            lleva a confusión, porque vulgarmente se le llama así
            a un parásito de peces. El crustáceo en cuestión es
            más conocido como langostilla o bogavante, y es muy
            abundante en los mares australes. El nombre científi-
            co es Munida gregaria, y es idéntica a una langosta del
            caribe (de allí el nombre vulgar de langostilla), pero de
            apenas 8 o 10 cm., y de coloración roja o rosa fuerte.   Munida gregaria.



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