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Compartir con amigos esta pesca es algo único.

                                                             EXPERIENCIA DE JORGE MICHELINI
                                                             “Una tarde mientras cobraba una linda arco iris
                                                             de  unos  30  cm.  percibo  un  tremendo  cabezazo.
                                                             Para mi sorpresa, veo emerger de la profundidad
                                                             una gran trucha marrón apresando mi pescado
                                                             con su boca, luego de largos segundos de pelea
                                                             la soltó. Esto da muestra del canibalismo de la es-
                                                             pecie y, también, la preferencia por atacar ejem-
                                                             plares  debilitados  o  en  situaciones  dificultosas.
                                                             Párrafo aparte merece el tema de los salmones,
                                                             pues, si con remontas accidentales tenemos pre-
                                                             sencia de juveniles, cuando éstos completen su
                                                             ciclo se transformará en un río salmonero de ex-
                                                             celencia, aunque para ello deberá ampliarse la
                                                             temporada, como este año hasta el 31 de mayo.
                                                             Cabe agregar que la posibilidad de navegar-
                                                             lo en su totalidad lo convierte en un caso único.
                                                             En un remanso del río se producían remolinos
                                                             que marcaban claramente una línea de comida.
                                                             Observando  la  superficie  percibimos  mínimas
                                                             aureolas concéntricas de subidas de truchas. Ha-
                                                             cia allí teníamos que dirigir nuestros lances para
                                                             colocar con tipets de 15 pies moscas Adams Pa-
                                                             rachute, en anzuelo 12 o 14. En los escasos se-
                                                             gundos cuando la mosca flotaba naturalmente se
                                                             producían violentos piques de truchas arco iris de
                                                             interesante tamaño, dando una divertida pelea
                                                             en medio de los remolinos. Esta pesca pudimos
                                                             hacerla hasta que se intensificó el viento, dificul-



                                                                                  www.revistaelpato.com  67
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