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Desde el embarcadero se aprecia el alto nivel del río Uruguay.

En un momento, siento un gol- ya que si el pez se decidía a tomar

pe brusco en mi caña, y luego la ese camino, seguramente entre

corrida tremenda hacia el medio los palos y ramas, terminaría cor-

del río. ¡Surubí! Gritamos, y toda tando la línea.
la embarcación se transformó en Pasaban los minutos, y cada me-

movimientos apresurados, y mi tro recogido en el reel, eran unos

caña que acusaba las llevadas de cuantos que el pez quitaba. El
la primera presa. freno ajustado adecuadamente

Una vez ordenados, me fui ha- para que en la máxima curvatu-

cia la proa de la embarcación y ra de la caña, el multifilamento,

empecé la pelea más tranquilo, saliera. Hay que evitar siempre
sabiendo que esto es concentra- poner los dedos sobre el carrete

ción pura, para no cometer erro- para frenar estas embestidas, ya

res, evitando que la ansiedad nos que a veces en el apuro por ver el
lleve a hacer algo mal que nos ter- pez, hacemos alguna maniobra

mine dejando con las manos va- que nos deja sin nada. Acá es pa-

cías. Mario filmaba, César sacaba ciencia y tranquilidad, evitando
fotos, y Rafa seguía con la lancha movimientos bruscos o apresu-

a la bestia, alejándose de la costa, rados.

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