Page 116 - ElPato_331
P. 116

BITACORA DE VIAJE



                                                                        LA EXPEDICIÓN


                                                            MÁS DIFÍCIL


                                                                                                     (1º Parte)



       La exploración mediterránea del Iberá sumó ri-       curiyúes, boas de las vizcacheras o yacaninas,
       betes muy complicados de canalizar, transfor-        todas inocuas. Las rayas nos preocupaban por
       mándola en totalmente insegura y extremada-          la profunda herida que producía su cola al pi-
       mente arriesgada, con varios y difíciles frentes     sarlas.
       a resolver, desde ya alejados de las aventuradas     En cuanto a la navegación, tranquila, carente
       incursiones anteriormente relatadas.                 de aguas blancas, donde siempre abrevamos
       Sin datos precisos, carentes de cartas actuali-      la sed por la potabilidad del agua. Esta especie
       zadas por el derivar de las islas, la inseguridad    de cerco de paz me sumergía en una idílica ob-
       de los esteros y pantanos con la incógnita re-       servancia; es sabido, en toda expedición hay un
       gistrada en mi mente de saber que nunca había        pero, menor o mayor.
       sido cruzada en su total longitud, no pudiendo       Uno de ellos, no el más preocupante, debíamos
       con certeza determinar percances o situacio-         sortearlo con una dosis de psicología y pericia
       nes problemáticas; todo se transformó en una         recogidas en otras incursiones. Las mismas sos-
       incógnita.                                           layaban el encuentro esporádico con los este-
       Debo aclarar, he arrastrado en otras expedicio-      reros,  cazadores,  mariscadores  o  habitantes,
       nes riesgos como encuentros con arañas pon-          que además de tomar precauciones por em-
       zoñosas, víboras venenosas, ataques de yaca-         plear su furtividad, en algunos casos desapare-
       rés, fondos cenagosos, navegar por cursos de         cían de nuestra vista o tomaban posiciones un
       agua infectados por pirañas carnívoras, sopor-       tanto defensivas; en general formaban una plé-
       tar molestas picaduras de insectos, entre otros      yade de refugiados de la justicia (robos, peleas
       encuentros, que aparecieron dificultando por         sangrientas, o alguna muerte). Nuestra canoa,
       demás los recorridos, como también la integri-       vestimenta y equipo daban una cierta imagen
       dad física.                                          de autoridad.
       En contraposición, ningún viaje me ha dejado         La mayor sin dudas se posaba en la necesidad
       una impronta tan profunda, desde la diversi-         de transitar sobre los embalsados, se debía “ca-
       dad de aves,  poder ver constantemente el des-       minar ligero”, enseñanza de los lugareños, aun
       lizar de los peces, merced a lo cristalino de sus    así nos sumergíamos a menudo en la vegeta-
       aguas, aún cuando innumerables cardúmenes            ción, y al no contar con un entorno de conten-
       de palometas criollas (de la familia de las pira-    ción, los cuerpos se hundían.
       ñas) pero con menor agresividad cercaban la          Los embalsados compactos nos permitían
       canoa, el observar a los silenciosos yacarés,        arrastrar la embarcación con cierta seguridad,
       más pequeños que los contactados en el Mato          eso si debiendo chocar con tocones o raíces,
       Grosso o el Amazonas, revestían acotadas pre-        pudiendo ambas producir averiar en la tela. La
       cauciones, siempre y cuando uno no estuviera         observación constante y precisa cansaba la vis-
       a corta distancia de ellos.                          ta.
       Sólo me he topado con víboras constrictoras,         (continua en la próxima edición)



       11
         6
       116       NOVIEMBRE 2023                                                           Revista El Pato
   111   112   113   114   115   116   117   118