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EL AUTOR



                               El Dr. Bruno Carpinetti es Guardaparque y Combatiente de Incendios

                             Forestales acreditado por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego.
                             Se diplomó y obtuvo una Maestría en Ciencias en Biología de la Con-
                             servación en la Universidad de Kent, Inglaterra. Completó el Diploma
         de postgrado en Antropología Social y Política en FLACSO – Buenos Aires, y se Doctoró
         en Antropología Social en la Universidad Nacional de Misiones. Ha ocupado distintos car-
         gos en la administración pública, entre otros fue director de la Administración de Parques
         Nacionales, Subsecretario de Coordinación de Política Ambiental de la Secretaría de Am-
         biente de la Presidencia de la Nación y Director Provincial de Riesgos y Emergencias del
         Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Además, se ha desempeñado

         como consultor de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones
         Unidas (FAO), de la Agencia Japonesa para la Cooperación Internacional (JICA) y de la
         Corporación Andina de Fomento (CAF) entre otros organismos. Actualmente es Profesor
         Titular de Ecología General y Recursos Naturales en la Licenciatura en Gestión Ambiental
         de la Universidad Nacional Arturo Jauretche y Profesor Titular del área de Gestión de
         Riesgos en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata.


       En este sentido, a la hora de ela- hibir  estas  actividades  se  con-

       borar normativas, se debería  vertiría en una forma explícita de

       tener especial cuidado en que  maltrato y crueldad hacia los ani-
       estas no priven a los perros - y  males.

       especialmente a aquellos de ra- Mantener a un Dogo Argentino

       zas creadas a partir de la selec- en un departamento urbano, criar
       ción de caracteres vinculados a  a un Pointer en ambientes que no

       la cacería- de poder desarrollar y  le permitan contacto con anima-

       disfrutar de esas conductas fuer- les de otras especies, o limitar las
       temente basadas en sus instintos  actividades de un Galgo a paseos

       básicos. Más allá de las intencio- por la ciudad con una correa, re-

       nes “humanitarias” que esgrimen  presenta una forma de maltrato
       los que pretenden restringir la  por privación y negligencia, aun-

       participación de los perros en ac- que le festejemos el cumpleaños,

       tividades cinegéticas o en otras  lo hagamos dormir en el sillón y

       que canalicen esos instintos, pro- le tejamos ropa abrigada.




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