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CAZA MAYOR
mián, mientras Leo, el guía, podía tener el río de por medio, no me
atender otras cuestiones y de paso hubiera dado chances porque en-
no íbamos a hacer tanto “bulto” ni seguida se metió al monte cerrado
ruido en los desplazamientos. y la perdimos de vista. Esto obvia-
A diferencia del año anterior, el mente sirvió para acelerarnos el
suelo estaba reseco por la falta pulso y nos cargó las pilas para ter-
de lluvias y en mi inexperiencia minar caminando 9 kilómetros en
me costaba descifrar las huellas, total esa mañana, entre montes al-
aunque donde había un poco de tos, montes cerrados y pajales in-
barro se notaba un tránsito infer- finitos, cruzamos varios arroyitos
nal de chanchos. Avanzamos algo y vimos una cantidad increíble de
más de 2 km. Y, al salir al borde del huellas, algunas de ciervos pero la
Gualeguay, vimos, nuevamente en mayoría de chanchos y dentro de
la costa de enfrente, una hermosa ellas, algunas súper frescas, si has-
cierva que se iba metiendo lenta- ta parecía que íbamos caminando
mente al monte… un animal pre- metros atrás, pero no pudimos dar
cioso para cazar, pero encima de con ningún bicho que lo p…!
30 OCTUBRE 2024 Revista El Pato
