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Con  cada  pasada  sin  éxito,  mi

                                                            confianza tambaleaba. De reojo

                                                            miraba  a  Luisito,  casi  con  ver-
                                                            güenza. Había puesto todo su co-

                                                            nocimiento para posicionarnos

                                                            en el mejor lugar, pero nosotros
                                                            no dábamos pie con  bola. Esa

                                                            noche,  mientras  regresábamos

                                                            bajo un cielo estrellado, Luis nos
                                                            explicó  el  problema:  los  dora-

                                                            dos estaban duros de boca, mor-

                                                            dían pero no tomaban la carnada
                                                            completamente.  “Mañana  cam-

                                                            biamos  por  botellonas  (more-

                                                            nas pequeñas), y van a ver cómo

                                                            cambian las cosas”, nos dijo con
       tra pesca a “camalote” o “pindá”.  seguridad.

       Esta  técnica  consiste  en  dejar  Al día siguiente, con las cañas lis-

       que la carnada viva pase cerca del  tas, volvimos al río. Las botello-
       fondo, donde los dorados suelen  nas  resultaron  ser  la  clave.  Los

       cazar. El espectáculo no se hizo  dorados comenzaron a tomar la

       esperar: a los pocos metros de la  carnada con firmeza, y las cañas

       costa, en un lugar conocido como  de acción media, los anzuelos
       Isla La Rata, los piques comenza- (Sasame  8/0)  y  los  reeles  (Abu

       ron. Pero había un problema: aun- Garcia)  cargados  con  nailon  de

       que las cañas vibraban con fuerza  0,40 mm (Super Raiglon) demos-
       y  la  emoción  llenaba  el  aire,  no  traron su valía. Cada captura era

       lográbamos  concretar  ninguna  un espectáculo: saltos acrobáti-

       captura. Los dorados mordían con  cos, corridas violentas y la fuer-
       violencia, pero dejaban la carnada  za característica del dorado, que

       a medio camino.                                      pelea hasta el último segundo.




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