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y dedicando gran parte de la mis-
ma, a la fauna africana. Claramen-

te, tanto para él, como para mí,

fue material de lectura y relectura
durante décadas, a lo que, cuando

apareció la televisión por cable, se

le sumaron interminables horas de
ver documentales, aprendiendo el

comportamiento de cada animal

africano, de cada zona de ese in-
menso mini universo que es África

dentro de nuestro planeta.

Después vinieron los tiempos de

lecturas, a veces específicas de
caza y, otras, por añadidura, ha-

ciéndome realmente fanático del
Yendo a buscar a Raúl.
inigualable escritor anglo-africano
embargo, mi viejo fue siempre un Wilbur Smith que entre novelas de

apasionado de la caza en general aventura y acción, constantemen-

y de la vida silvestre en particular, te dejaba indeleble su amor por su

sintiendo y transmitiéndome ver- continente y la caza… (Recomien-
dadera devoción por los animales do le peguen una mirada a algunas

africanos. de sus obras literarias, los va a sor-

Tempranamente mi viejo, “el prender).
Chury”, adquirió la colección com- Pero la verdad es que al hablar

pleta de la enciclopedia de anima- de la posibilidad de ir YO a cazar,

les creada por el gran naturalista siempre lo vi como una utopía,
y cazador español, don Félix Ro- tanto por los costos, como por la

dríguez de la Fuente, que a través muy mala fama que se le ha hecho

de su magnífica pluma, dibujos, es- a los métodos de caza moderna en
quemas y fotos, nos ilustraba so- África, muy diferentes a los safaris

bre la fauna silvestre, incluyendo y aventuras de fines del Siglo XIX

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