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CAZA EN ÁFRICA

Walter Davini y su primer Bleesbuck.

Toda esa mañana transcurrió sin de la camioneta que nos miraba,

otras oportunidades, lográbamos así que hicimos un rodeo para no
ver animales con frecuencia, pero alertarlos y como era mi “primer

apenas los descubríamos, ellos objetivo” Walter me cedió el turno

también y desaparecían en el bush a mí para hacer el rececho. No les
(matorral) sin la menor chance si- puedo decir el grado de ansiedad y

quiera de algún rececho. Obvia- nerviosismo cuando me bajé, ¡tre-

mente también veíamos otras es- menda sensación! Caminamos un

pecies como Sables, Waterbuck, par de cientos de metros con cui-
Roan, Eland, Duikers y Steenbuck, dado pero a buen paso hasta el lu-

pero no estaban en nuestros obje- gar más o menos donde los había-

tivos. mos visto y, de pronto, el guía se
Ya estábamos pegando la vuelta paraliza (corazón a diez mil rpm)

cuando nos cruzamos una mana- me preparo y luego de un agóni-

da de impalas literalmente al lado co momento de suspenso me dice

40 AGOSTO 2024 Revista El Pato