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CAZA EN ÁFRICA
ción achaparrada tipo la que se ve
en nuestra Patagonia, sin árboles,
donde había una manada enorme
de Blesbuck con un macho que
destacaba, detuvimos la camione-
ta y bajó Walter con el guía y Gas-
tón con su cámara e iniciaron un
rececho corto, de unos 100 o 150
metros hasta ponerse a tiro, yo se-
guía todo en primera fila con los bi-
noculares junto a Raúl y Bellam.
Tras largos segundos de tensión,
año o bien cuando empieza a atar- viendo como se preparaba el ca-
decer, todos los vehículos regre- zador con el bípode, se escuchó el
san al lodge y se terminó la cacería. disparo y el primer antílope afri-
Volviendo a lo nuestro, salimos a cano cayó ante nuestros ojos, el
las 15 hs. después de comer algo y tiro había sido a unos 180 metros
enterarnos que el otro equipo que y algo bajo en la paleta así que
también había estado en este cam- hubo que rematarlo pero ya todo
po a la mañana tampoco había lo- era alegría y abrazos de emoción y
grado dispararle a nada, los otros ¡¡¡felicidad!!! Lo entrevisté a Wal-
dos equipos habían ido a otro cam- ter, le sacamos mil quinientas fotos
po y volverían recién a la tardecita y seguimos adelante después de
(esta modalidad se repetiría todos cargar el animal. Un rato después
los días, rotando constantemente vimos un Orix solitario, claramen-
las áreas, siempre de a dos equi- te le cedí el turno a Raúl ya que era
pos por campo). Esta vez le tocaba su animal preferido, así que lo de-
el turno a Walter y no desperdició jamos con el guía y el camarógrafo
su chance, una hora después de y Walter y yo con el conductor nos
salir, encontramos un gran valle fuimos unos 500 metros más ade-
de tierra dura, tipo tosca, vegeta- lante para no entorpecerlos.
42 AGOSTO 2024 Revista El Pato
