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CAZA MAYOR

                                                            venía a buscar, y mucho más cuan-

                                                            do pude descender en cuotas del

                                                            apostadero  y meterme en  el ha-
                                                            bitáculo calefaccionado… la tem-

                                                            peratura daba -6 grados y sé que

                                                            no es “tanto” para una noche pam-
                                                            peana de invierno, pero la verdad

                                                            es que no estoy tan acostumbrado

                                                            y, como dije, el cansancio del viaje

                                                            y la nula actividad de los animales
                                                            incidieron para que  sufra  el frío

                                                            muy a pesar mío que soy fan total

                                                            del invierno.
       padrillo temprano a Gastón”, pen- Con Pablo llegamos a la conclusión

       sé) y al menos en mi posición fue lo  que quizás la mejor “apuesta” en

       único que sucedió esa fría noche,  ese lugar era de madrugada, cuan-

       de luna, de constelaciones y algu- do los animales vuelven de comer
       na estrella fugaz, de manto blanco  y van al dormidero, porque es un

       sobre el pastizal contra el negro  lugar bien de paso, no hay ningún

       del monte circundante, pero de si- sembrado cerca, pero los rastros
       lencio abismal.                                      en el charco y en el rascadero con-

       Había pactado con Pablo que me  firmaban al inicio que el lugar esta-

       busque a la 01:30 porque el can- ba activo.
       sancio del viaje y el frío no eran  Grande fue mi sorpresa cuando

       buenos  compañeros,  y  la  pegué,  llegué a la casa y Gastón y Damián

       porque de hecho la última hora y  a quienes yo creía ya cómodamen-
       media hasta que llegó mi “chofer”  te instalados en la cocina y con un

       fue un parto, luchando por soste- jabalí en la ganchera, no estaban…

       ner los ojos abiertos y que los pies  “¿Será que quieren cazar otro?”,

       no se me conviertan en un bloque  imaginé. Pero no, llegaron una
       de hielo. Realmente me alegró mu- hora después y con las manos va-

       cho ver los faros de la SW4 que me  cías, ellos no habían tirado.



       54        JULIO 2024                                                               Revista El Pato
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