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CAZA MAYOR

Almorzamos ese chivo que era un

manjar y pasamos gran parte del

día acompañando a los muchachos
a rellenar un par de charcos con su

acoplado con bidones cisternas y

echar un poco de aceite quemado
en los rascaderos ya que a la se-

mana siguiente irían otros amigos

a cazar y querían mantener “ceba-

dos” los lugares.
La buena noticia es que esta vez

el viento había rotado completa-

mente y podíamos apostarnos en
casi todos los lugares. Gastón se la

jugó por repetir su lugar en busca

ÚLTIMA CHANCE del padrillo y yo elegí otro apos-

Tipo 10 de la mañana y después tadero a unos 1000 metros de la
de un sueño súper reparador, nos casa que era un charco con un ras-

levantamos para acompañar a los cadero y el apostadero una casilla

pampeanos que iban a cocinar un cerrada y mucho más protegida
chivito al horno de barro y de paso del frío.

charlar un rato. Ahí nos enteramos Ramiro volvería por su revancha al

que Juan Carlos había cazado una lugar de ayer y el resto se disper-
yunta de jabalíes alrededor de las saría en otros lugares, salvo Da-

3 de la mañana apostado en un mián que decidió quedarse en la

rastrojo y Ramiro había errado un casa como apoyo logístico. Gastón
tiro en su apostadero cerca de las me dejó en mi lugar alrededor de

12 de la noche… pero del tiro que las 17:30 de una tarde increíble-

escuché yo, ni noticias, porque mente bella, muy poco viento y un

López tampoco había disparado. sol cuasi invernal hacían mágico el
Vaya uno a saber qué fue, pero el momento, así que me quedé buen

tiro lo escuché clarito. rato contemplando ese paisaje tan

56 JULIO 2024 Revista El Pato