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Última recta y finalmente el ca-
mino rural que se abre a la iz-
quierda, ya son sólo unos pocos
kilómetros hasta el campo donde
me espera mi amigo Hugo a quien
le avisé un par de días antes que
vendría. Pasamos raudamente a
saludar por la casa, mientras diez
mil perros de todos los colores y
tamaños nos ladran y seguimos
viaje, ya por adentro del campo,
hasta los potreros del fondo, cosa
de no perturbar a nuestros anfi-
triones ni a su hacienda. Ya cono-
cemos el camino de memoria, ese
campito siempre ¡¡PAGA!!
Bajamos del auto y le abrimos
EL POTRERO: el portón a Lola para que salga
En la radio voy escuchándolo a a estirar las piernas y hacer sus
Ariel Robledo y a Huguito Giardi- necesidades (exageradas por su
no en la AM LT10 con su programa adrenalina también) mientras
“Despierta Litoral” como todos los nosotros nos calzamos unas bo-
sábados, aunque a decir verdad, tas por el rocío y Gastón me arma
se habla en un 95% de pesca, pero la escopeta. La mañana es sacada
bueno, también me gusta y mu- de un manual, no hay una nube,
cho la pesca, así que sigo firme en un frío bastante importante, aun-
el 1020 del dial…. los kilómetros que el sol ya empieza su batalla.
pasan, mientras vamos charlando Hay poco viento y del sector sur
con Gastoncito, con mil pregun- (magnífico) y el trinar de las per-
tas y conjeturas propias de su inci- dices se hace presente para to-
piente adolescencia. dos lados.
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