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CAZA MENOR
nos parece que van a buscar mejor
echarse. El agua está recontra fría,
hay que decirlo, pero los waders
nos aíslan, así que avanzamos con
el agua (y el barro) casi a la rodi-
lla y en algunas partes más hondo
también. Dejamos la piragua es-
condida y con los señuelos al hom-
bro nos vamos separando para op-
timizar las chances, previa selfie
con el celu para después mandarle
a nuestro amigo Carlitos que no
pudo sumarse.
Si antes había ansiedad, ahí, cuan-
do vas caminando a menos 10
LA CAZA DEL PATO: km/h entre el barro que no te deja
Cuarenta minutos después de em- caminar cómodo, mientras te so-
barcar, llegamos al bañado “del brevuelan mil patos la cabeza, ni
Mojón” donde Miguel le pasó el te digo como quedás de loco! El si-
dato a Omar que estaba viéndose tio elegido para apostarme parece
pato asentado. Ya está lo suficien- quedar en otro continente, pero sé
temente claro para que se pueda que soy yo y mis ganas.
ver perfecto el cielo ¡Amarillo! y Finalmente llego, dejo la Boito ca-
distingamos fácilmente el movi- libre 20 apoyada en un mogote de
miento de las bandadas. Clara- pasto afuera del agua, pero todo
mente nuestro objetivo es el cres- húmedo, mojado con barro y agua.
tón (picazo que le dicen en Buenos Con los dedos durísimos de frío
Aires) aunque no descartamos me peleo un rato con el nudo de
obviamente a los siriríes, tan ricos la bolsa de los señuelos hasta que
para un escabeche ¿no? finalmente cede y puedo empezar
Finalmente decidimos ir adonde a desparramarlos, no sin antes pu-
28 MAYO 2024 Revista El Pato